Valparaisina

lunes, junio 11, 2007

Lluvia y mal tiempo para Rancagua...


Hay una seducción propia del frío... de la escarcha del piso y del día Gris.... no sé si es porque invita a abrazarse, a estar juntos prontos en la casa o recrea unsitio íntimo entre la neblina y tu...
Una de las pocas cosas que me gustan de vivir al Sur de mi Valpo querido es estar cerca de la cordillera y vivir el invierno de otra manera... más frio, con escarcha en el pasto y al horizonte, la cordillera nevada. Me encanta estar recibiendo el bondadoso calor de la chimenea mientras jugamos con el Pollo y el Jose tirados en la alfombra....
Esta semana las temperaturas estarán bajas... al menos tres días lloverá y yo aprovecharé de abrazar a los mios y de disfrutar de la intimidad del frío cordillerano.
posted by Valparaisina at 11:02 a. m.

1 Comments:

Sin duda la lluvia y el frío nos traen de dulce y agraz. Momentos para estar en familia, para regalonear con los suyos y compartir en ese regazo que nos brinda un techo familiar. Sin duda también nos trae muchos recuerdos, porque parece que al pasar los treinta uno se pone un poco melancólico también, siempre aprovechando una oportunidad para darle un vistazo al pasado. Recuerdo que en la casa de mis abuelos de Valparaíso, donde me crié en el Cerro Recreo, mi Mamá Sylvia (que era mi abuela), antes de llegar el boom de los años ’80 y la correspondiente compra de la estufa a gas, prendía sus inigualables braseros, que eran obviamente vetados para los niños en aquella tremenda casa porteña. El olor era extraordinario cuando llegabas a la casa después del colegio, y el calor de esas brasas te acompañaban a “disfrutar” por la tarde del crudo invierno porteño que no da tregua a ratos.
El viento era otra cosa aparte, un espectáculo. La casa tenía 285 vidrios en una inmensa galería que mostraba toda la bahía del Puerto, coronada con una gran cúpula al final que era muy dibujada por estudiantes de Arquitectura, incluso mi hermana Paola (que ahora vive en Palmas de Mallorca, España) se agarró unos “pinches” universitarios por ahí…
Lo complicado venía cuando el Temporal se iba. Ahí venían los tristes balances: barcos varados, casas derrumbadas, cauces colapsados, cerros desmembrados, sufrimiento, dolor y a veces hasta muertes…
Por eso siempre cuando llueve trato de imaginarme que será suave, para que nadie sufra con este “mal” necesario.
Ojala que este invierno nos traiga más de dulce que de agraz.

Saludos fraternos,

Waldo

9:44 p. m.  

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